Cuando mi pareja y yo decidimos ser padres imaginamos muchas cosas hermosas, tener una familia era el sueño de ambos. Alonso quería una niña y yo lo que Dios decida.
Los días pasaban, luego fueron meses y no lograba embarazarme. Lloraba al ver cada test de embarazo negativo, Alonso siempre estuvo a mi lado abrazándome.
Ambos decidimos sacarnos análisis para ver que todo estaba bien, los análisis de mi pareja salieron perfectos.... era yo, mi tiroides era la causa de todo.
Padezco hipotiroidismo de Hashimoto desde el 2009, el tratamiento es de por vida y todos los días debo tomar una pastilla de levotiroxina para poder regular las funciones de mi tiroides.
Inicié un tratamiento tiroideo porque, por desinformación, había dejado de tomar la levotiroxina. Tomar la medicación diariamente y cada 2 meses sacarme análisis de sangre para ver que mi tiroides está produciendo las hormonas necesarias para mi cuerpo, aparentemente todo estaba bien pero no me embarazaba.
Alonso y yo buscamos otra opinión, gracias al apoyo de una amiga que me contactó con una endocrinóloga inicié un nuevo tratamiento pero la doctora fue sincera con nosotros, nos recomendó un tratamiento de fertilidad por varios motivos.
El factor económico jugó en nuestra contra y yo solo le pedía a Dios que me de la oportunidad de ser madre. Ambos deseábamos tanto ser padres que Dios nos escuchó y a pesar que todo estaba en contra logramos ser padres porque jamás perdimos la fe.
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