Un 26 de octubre de 2016 mi pareja y yo decidimos ir al Convento de Santa Rosa de Lima para escribirle una carta y pedirle que por favor interceda por nosotros ante Dios para ser padres.
Era la primera vez que Alonso visitaba el convento, él es de Piura y desde que decidió venir a vivir a Lima para compartir una vida juntos nos hemos apoyado siempre en todo.
Juntos escribimos la carta, juntos la echamos en el pozo de los deseos de Santa Rosita. Empezamos a orar agarrados de la mano y algunas lágrimas se deslizaron sutilmente de mi rostro. Un abrazo, una palabra de consuelo de Alonso fue suficiente para sentirme mejor.
Empezamos a caminar dentro del convento y nos volvimos a sentar nuevamente para volver a orar, el poder de la oración es grande y la fe siempre estuvo presente en nuestros corazones.
Luego de salir, entramos un momento al templo y volvimos a orar. De regreso a casa sentí una paz interior, sentí que Dios nos había escuchado.
Casi un mes después salí embarazada, Dios nos escuchó y nos dio su bendición porque para él nada es imposible.
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