Me sentía un poco indispuesta y tenía los pies hinchados, a decir verdad, por el hipotiroidismo no es novedad tener los pies así.
Me encontraba en Wong Gardenias y me acerqué a la botica para comprar una pastilla para el dolor de cabeza, el farmacéutico me vio mal y me hizo un par de preguntas para orientarme en mi compra, le mencioné que hace dos años intentaba ser madre pero no lo lograba y que todo ese tema me tenía estresada y tal vez por ese motivo sentía malestar general mareos y algo de náuseas.
Él me recomendó comprar un test de embarazo y yo pensé: "Bueno, un test más que salga negativo después de tantos que hemos comprado Alonso y yo". Compré el test y me dirigí al baño del supermercado.
Ingresé al baño y abrí la pequeña cajita del test, vi cuando se dibujó la primera línea roja, luego lentamente empezó a dibujarse la otra mientras yo no salía del asombro y cuando se marcó bien empecé a llorar y las personas que estaban afuera del baño pensaron que algo me había pasado y empezaron a tocar la puerta para que abra.
Llamé a mi pareja a su celular y le dije: "Alonso, vamos a ser padres. Estoy embarazada". Alonso se sorprendió y les dijo a sus compañeros de trabajo que iba a ser papá. Al salir del baño las señoras me felicitaron con abrazos y aplausos porque habían escuchado mi conversación.
Luego fui a la Parroquia Señor de la Divina Misericordia para agradecer a Dios y a Santa Rosita por el milagro concedido. Ese fue el día más feliz de nuestras vidas hija querida, un miércoles 21 de diciembre de 2016.
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