Amy nació el día miércoles 23 de agosto de 2017 a las 2 y 20 minutos de la tarde, el tipo de parto fue cesárea. Alonso y yo estábamos muy emocionados por conocerla luego de 40 semanas de espera.
Sí, yo decidí que sea cesárea y no me arrepiento porque no quería poner en riesgo la vida de mi hija; a pesar que mi doctora me dijo que podía inducirme al parto no me hizo cambiar de opinión.
Alonso y yo elegimos el 23 de agosto como fecha para el nacimiento de Amy porque ese día se cumplían las 40 semanas, pero una corazonada me decía que si no me cesareaban ella hubiese nacido el 30, día de Santa Rosita.
En la sala de operaciones hacía mucho frío, mis piernas estaban vendadas y las sentía hinchadas. Luego me sentaron y me colocaron la anestesia epidural, no me dolió nada.
La doctora me dijo que esté tranquila que en diez minutos conocería a Amy, me pusieron un suero en la mano izquierdo y eso si me dolió. La anestesia hizo efecto rápido y no sentía nada de la cintura para abajo.
Empecé a orar, le pedí a Dios que Amy nazca sana y que todo salga bien. Había una luz enorme en el techo, yo intentaba mirar hacia otro lado porque reflejaba un poco mi operación.
El llanto de Amy interrumpió mi oración, el neonatólogo me la acercó para que le de un beso y cuando empecé a hablarle Amy dejó de llorar. El doctor secó mis lágrimas, estaba muy emocionada.
Luego me llevaron a la sala de recuperación y después de unas horas me trasladaron a mi habitación donde me esperaba Alonso muy feliz. Cuando trajeron a la bebé él la cargó y me dijo: "Jamás pensé ser padre, soy muy feliz".
El día que te conocí fue el día más hermoso de mi vida porque yo ya te amaba desde antes de tenerte en mis brazos. Hoy tu papá y yo vivimos enamorados de ti, eres un milagro de Dios hija mía.
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