Desde que Alonso y yo decidimos compartir una vida juntos teníamos la ilusión de convertirnos en padres. Cuando nos enteramos que esperábamos un bebé fuimos inmensamente felices.
Alonso lloró cuando se enteró que sería padre de una niña, él siempre quiso una niña. Decidimos que se llamaría Amy, en realidad yo debo confesar que yo no quería otro nombre y me aseguré desde antes de conocer si sería niño o niña diciéndole a Alonso que él escoja el nombre si es niño y yo si es niña.
Cuando Amy nació fue el día más maravilloso para nosotros y para todas las personas que nos quieren y aman. Amy llenó de luz y alegría nuestra vida, hoy es el motor que nos impulsa a seguir adelante.
Amy cumplió un año en un abrir y cerrar de ojos, fueron los 365 días más hermosos, intensos, cansados, fugaces, inquietos y por qué no decirlo estresantes (en ocasiones) pero increíbles y mágicos a la vez.
Creo que Alonso y yo ya estamos curtidos en cambiar pañales, somos especialistas en bañar bebés, somos adivinos cuando llora si es por sueño o porque quiere teta y lo bonito es que día a día aprendemos más a ser padres porque se aprende en el camino.
Así fue como un día llevé a Amy a estimulación en realidad dudé en llevarla porque la veo 100% estimulada y me dije: "¿si la estimulo más terminará siendo una bala?" En realidad Amy es una niña noble, coqueta, juguetona y su risa da risa.
Hoy fue un día diferente porque hoy sentí algo, una sensación en todo mi ser que me hizo hasta derramar lágrimas... hoy recibí mi primer regalo por el día de la madre de las manos de Amy. Un momento muy emotivo para mí.
Dios nos ha confiado la vida de Amy a Alonso y a mí para cuidarla, guiarla, educarla, amarla, respetarla y llevarla de la mano hasta que ella crezca y tome sus decisiones por sí sola.
Hay que hacer que nuestros hijos crezcan con amor, tener tiempo siempre para ellos, para escucharlos y orientarlos. Hacerlos sentirse amados y darles ánimo para que logren sus objetivos.
Este regalo guarda un significado muy especial porque me lo dio el ser que más amo en la vida pero Amy es en sí el mejor regalo que Dios me ha dado. Mamitas estoy emocionada abracen a sus hijos y no los suelten, sientan los latidos de su corazón.
Hoy es otro día maravilloso en mi vida y sé que el de ustedes también porque un hijo trae siempre felicidad. Bendiciones siempre para ustedes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario